ESPECIAL
DIVAS IDOL DE LOS 80s. Nakajima Miyuki, La intelectual Anti-Idol.
Parece increíble que con la fórmula de éxito asegurado
que tiene la industria del género idol algunas jovencitas hubiesen optado por
querer alcanzar la fama de un modo totalmente opuesto y casi que por sus
propios medios. A pesar de los millonarios ingresos que aseguran las Idols,
algunas empresas se arriesgaban con artistas de música tradicional, aunque para sus fichajes realizaban el mismo
procedimiento de concurso de canciones que se hacía para las idol y el ganador
o ganadora resultaba galardonado con la firma de contratos con la disquera y con
la agencia de talentos respectiva.
Nakajima Miyuki fue una de éstas afortunadas,
aunque era muy claro que su triunfo era más que merecido: Nakajima Miyuki
cantaba muy bien pero además componía
sus propias canciones y tocaba sus propios instrumentos, lo que desde un punto
de vista práctico resultaba muy rentable para la disquera. Así es como Nakajima
Miyuki empieza su carrera con una imagen totalmente opuesta a la Idol
tradicional japonesa. Para empezar Miyuki Nakajima, aun siendo una muchacha muy
bella, no encajaba en el estereotipo de belleza de las idol y su estilo musical
es totalmente opuesto al de las populares chicas puesto que el género que abandera
aquella es el de la música Folk, que es un estilo tradicional un poco más
reciente que el Enka pero sin llegar a ser totalmenteKayokyoku.
La contraposición de Nakajima Miyuki al estilo Idol iba mucho más allá puesto
que contrario de las idol que se sobreexponen a los medios con fines
publicitarios, ella se negaba a hacer presentaciones en TV salvo unas muy
contadas apariciones en un programa auspiciado por su propia empresa de manejo
artístico, YAMAHA.
A pesar de ser una evidente anti-idol, (o
quizás debido a ello), Nakajima Miyuki logró alcanzar una popularidad y una
fama muy a la par de grandes estrellas Idol como Seiko Matsuda o Akina Nakamori. Otra diferencia
notable de Miyuki con sus contrapartes idol es que también compone música para
otros artistas algo que hizo desde los mismos inicios de su carrera por lo que
sus canciones son muy conocidas y reversionadas incluso en otros países asiáticos, especialmente en Taiwan y Hong-Kong.
Nakajima Miyuki ha alcanzado muchos logros
artísticos notables, como ser la artista con el sencillo que se ha mantenido
por más tiempo en la lista de Oricon "Chijou no Hoshi / Headlight, Taillight", con 202 semanas, título que perdió solo hasta 2004 debido a que el single "Nada Sou Sou" de Natsukawa Rimi superó este número; es la única solista
femenina que ha tenido lanzamientos ubicados
en el número uno de las listas de Oricon durante 4 décadas seguidas y es
además la única cantante invitada al Consejo Nacional del Idioma de Japón y
ostenta el título de ser la artista japonesa con mayor número de reversiones (covers)
de canciones suyas interpretadas por
otros artistas japoneses y extranjeros. Se conoce además que Nakajima Miyuki es
una mujer muy inteligente, de hecho en su escuela en Obihiro, Sapporo; ciudad en la que nació, se le
recuerda como una de las graduadas más prominentes de su promoción y es egresada
de la Universidad para Mujeres de Fuji. Su personalidad es bastante
extrovertida y considerada por algunos como “ruidosa” lo que evidencia un
alegre carisma.
En contraste con su carácter, sus canciones
son relativamente oscuras y con cierto tono trágico de amores contrariados,
imposibles o rupturas. Dentro de su amplio repertorio están temas tan emblemáticos como: “Wakare Uta”,
“Jidai”, “Sora To Kimi No Aida ni” y “Onjirazu” que son los temas más
emblemáticos de Nakajima-san.
"Jidai" (Version 2011)" Una de las canciones más emblemáticas de Nakajima-san.
Con
este artículo he querido “trollearlos” un poco porque se supone que es un
especial sobre idols y evidentemente Nakajima Miyuki no lo es, pero… ¡oye, no
solo de IDOLS vive el hombre!
La génesis del género idol propiamente dicho se dio durante la década de los 70s de una
manera más bien progresiva. Artistas como Junko
Sakurada, Masako Mori, Saori Minami, Agnes Chan, Mari Hamachi y Rumiko Koyanagimoldearon y perfeccionaron la imagen
característica de la idol con sus bellezas, imágenes e innegables talentos los
cuales les permitieron imperar en las listas de Oricon y en los corazones del público japonés durante toda la
década. Pero fue otra la chica que destacó sobre todas ellas y aunque su debut
y su auge tuvieron lugar en los años 70s fue en 1980 y los años subsiguientes cuando
se afianzó como una figura de culto no solo en el campo musical sino en la
cultura popular japonesa para la posteridad. Es un gran honor para mí
presentarles a
la muy distinguida Momoe Yamaguchi.
El nacimiento de la estrella que sería Momoe Yamaguchi
se dio en el programa de televisión Star
Tanjou!, cuna de muchas artistas de las eras dorada y plateada del género idol
(80s y 70s respectivamente) y aunque solo alcanzó el segundo lugar del concurso
logró llamar la atención de varios productores al punto de poder permitirle
escoger libremente la compañía discográfica que mejor trato le ofreciera para
lanzar su carrera, todo un lujo para una finalista del “Star Tanjou!”
Una vez firmados los contratos de rigor y pasado el
año de entrenamiento obligatorio de toda idol, Momoe Yamaguchi lanzaría su primer
sencillo “Toshigoro” el cual fue
utilizado como tema principal de su película homónima. El tema no logró llamar
mucho la atención pero para el lanzamiento de su segundo sencillo se utilizó
una estrategia alternativa que de ser aplicada hoy día metería en serios
aprietos legales a cualquier productora o compañía disquera: “Aoi Kajitsu”, nombre del segundo
sencillo de Yamaguchi, contiene sugestivas letras como “Puedes hacerme lo que quieras. Puedes decirle a todos que no soy una
buena chica”(Traducción muy libre del autor) que no significarían gran cosa
de no ser porque Momoe Yamaguchi tenía en ese momento solo 13 años de edad, así
que el revuelo causado no era injustificado. Esta fórmula se repetiría otras
veces más en la carrera de Momoe siempre sorprendiendo por igual a la prensa y al
público debido al contraste entre la imagen típica de idol que ostentaba (inocente
e infantil) y las insinuantes letras de las canciones que interpretaba propias
de una mujer más madura y “experimentada en la vida”. Otrascanciones que siguen ésta curiosa línea característica
son “Imitation Gold”, que en una de
sus partes traduce algo así como que Momoe sale de la ducha para acercarse a un
hombre “entrado en años” y "Hito
Natsu no Keiken" que tiene una particular línea que reza: “Te daré lo
más preciado que una chica pueda tener”.Esta misma estrategia
publicitaria serviría años más tarde para impulsar la naciente carrera de la
otra diva Idol Akina Nakamori, quien
coincidencialmente es una ferviente admiradora de Yamaguchi.
A los 18 años Momoe Yamaguchi era ya una respetada y
arraigada artista con un prestigio que a muchas otras en cualquier parte del
mundo le tomaría décadas alcanzar. El éxito adquirido por la chica de Yukosuka
(ciudad donde se crió y a la cual le dedicó un par de canciones) la convirtió
en los 70s en un verdadero ícono de la cultura popular Japonesa no solo por talento
musical reflejado en sus ventas sino por sus apariciones en TV y la pantalla
grande donde también era una figura asidua con el mismo éxito que en los
escenarios llegado a grabar hasta dos películas por año, la gran mayoría de
ellas con su actual esposo, el respetado actor Miura Tomokazu. Su fama le permitió
así mismo un pase de entrada asegurado de sus presentaciones a cada edición del
prestigioso show Musical “Kōhaku Uta Gassen” ininterrumpidamente desde 1974
hasta el día de su retiro.
Tiempo después, Momoe y su dirección artística
lograron “suavizar” las cláusulas de sus contratos como “idol” para tomarse
muchas más libertades siendo pionera en este tipo de movimientos estratégicos de
manejo artístico. Luego, con su recién adquirida libertad Momoe Yamaguchi
comenzaría a interpretar canciones que abarcaban temas tan innovadores como la
independencia y fortaleza de una mujer y
la capacidad de ser autosuficiente. Durante este periodo vieron la luz algunas
de sus canciones más emblemáticas como “Ii
Hi Tabidachi”, “Yokosuka Story”,
“Playback Part2” y “Cosmos”, ésta última es considerada todo
un clásico de la música japonesa y es un favorito de los karaokes además de ser
reversión (cover) obligatorio de todo cantante japonés y que en su época causó
mucha curiosidad entre los fans de Momoe porque iba en total contradicción con
las independientes y desafiantes letras a las que ya los tenía acostumbrados,
principalmente porque que la canción es una especie de poema de una madre que
tiene dificultades sentimentales para “entregar” la libertad a su hija en
vísperas de una inminente boda; la respuesta de la hija es querer detener el
tiempo para quedarse como la eterna niña de mamá, a pesar de lo optimista que
se nota sobre un futuro prometedor, enmarcado todo en un ambiente primaveral-otoñal
gracias a la flor de cosmos que da título a la canción. Al principio Momoe no
lograba entender la canción hasta que años más tarde, y ya casada, le enviaría
una nota a compositor de la letra, el famoso cantautor de música Folk Masashi Sada en la que le decía que al
fin había entendido el sentido de su creación: Sada-san es bastante conocido
por escribir canciones que rinden tributo a la unidad familiar y al fortalecimiento
de los lazos sanguíneos.
En la etapa final de su carrera Momoe pudo incluso
experimentar con nuevos estilos musicales vanguardistas con complejas
producciones nunca escuchadas de la voz de una idol como el caso del género
Rock con marcada influencia occidental y así la cantante cumpliría uno de sus
grandes sueños que era interpretar un álbum completamente rockero, todo ello sin
abandonar nunca la investidura “Idol”.
Aún desde su adolescencia la imagen de Momoe Yamaguchi
era simplemente impecable: Los chicos (de TODAS las edades) querían ser su
novio. Las chicas querían ser como ellas. Las mamás querían tener una hija como
ella y todo el país la admiraba por su intachable conducta, siendo una de las
pocas idols totalmente inmune al escándalo. A demás de ser muy hermosa, era una
de las mujeres mejor vestidas de su época siempre lucía exclusivos diseños elegantes
y sofisticados difíciles de copiar y que aunados a su porte y clase naturales
la hacían lucir más como parte de la realeza que del espectáculo; agreguémosle
la voz inconfundible de Momoe, con esa
tonalidad profunda totalmente opuesta a las dulces voces de la inmensa mayoría
de artistas idol de la época y que acentuaba su imponente presencia en escena,
lo que era perfectamente perceptible en sus presentaciones aún a través de las
pantallas de televisión en las que mantenía una mirada un tanto fría y
desafiante. Sin duda, Momoe brindaba un espectáculo único y serio, digno de una
ovación de pie.
Inesperadamente, en 1979 ocurrió lo impensable:
Mientras estaban de vacaciones en Hawaii, Miura Tomokazu le propuso matrimonio
a Momoe Yamaguchi, luego de años de un romance que se gestó en los platós de
grabación de sus innumerables películas juntos. Momoe aceptó su propuesta y en
una muestra innegable de amor eterno le prometió que se retiraría de los medios
para el beneficio de su unión. A los 20
años (tres años antes de la edad de “graduación” de toda artista Idol) En
octubre de 1979, Momoe hizo oficial su compromiso con Tomokazu y anunció su
retiro para finales de los 80s, prometiendo un concierto de despedida. Momoe
cumplió su promesa y obsequió además a sus fans un último álbum y unos cuantos
sencillos durante todo el año de 1980 e incluso después de su retiro oficial
del entretenimiento para dedicarse a ser una abnegada ama de casa.
Su decisión de retirarse de los escenarios es objeto
de constante debate y aún hoy día se especula sobre su regreso en cualquier
momento, algo que Momoe ha negado incontables veces asegurando que los motivos
de su retiro se deben principalmente al amor por su esposo, por sus hijos y a
que estaba cansada de cantar repetidamente las mismas canciones. Lo manifestado
por Momoe es entendible si tenemos en cuenta su niñez: Momoe es hija de padres
separados y su inestabilidad familiar se evidenciaba en el hecho de que a veces
debía vivir con sus abuelos (a quienes ella adoraba entrañablemente) a causa de los constantes altibajos en las
relaciones entre sus padres y su posterior divorcio. No es de extrañar entonces
que una Momoe adulta apreciara mucho más el verdadero valor de una familia bien
fundamentada luego de haberlo tenido todo en la vida. Hoy día Momoe Yamaguchi es, como señalé
anteriormente, toda una señora ama de casa, entusiasta del tejido de colchas, y
vive muy cómodamente de las regalías de sus trabajos musicales y actorales.
Sin temor a equivocarmey con fundamento en lo que he podido leer,
Momoe Yamaguchi podría ser la segunda artista más querida de la historia de
Japón, solo detrás (aunque con mucha ventaja) de la inmortal Misora Hibari. Su
legado es uno de los más sólidos y longevos del entretenimiento japonés gracias
a una carrera libre de escándalos y colmada de innumerables logros sumados a su
intachable imagen que se mantuvo aún durante los años 80 debido uno de sus
últimos lanzamientos, el cual trascendió más allá de su retiro: la canción “Sayonara
no Mukougawa” representativo innegable de la década de los 80s y obligado de
todo álbum compilatorio de las más importantes composiciones en el campo
musical de la mencionada década.
Momoe Yamaguchi
Momoe Yamaguchi será recordada por su perfecta imagen
de la idol, la más popular y la más querida no solo de su generación, sino de
las siguientes, incluso en otros países como por ejemplo en China, donde es la
artista japonesa más reconocida no solo por sus canciones sino por sus
actuaciones en TV y sus películas, las cuales se siguen vendiendo en ese país.
Para muchos Momoe Yamaguchi es más que una idol: Es un orgullo nacional al que
no han olvidado y que aún vive dentrode sus corazones aunque ella haya decidido
retirarse del espectáculo y lo hará eternamente.
“Tongari
Bōshi no Memoru” (とんがり帽子のメモル) (Trad: Memole Sombrero
Puntiagudo) "Memole" es, sin duda uno de esos animes clásicos que serán recordados por siempre debido a una interesante historia sobre la amistad. Se transmitió en Japón por primera vez el 3 de Marzo de 1984 por la
Asahi Broadcasting Corporation y estuvo
al aire durante un año exacto con una duración total de 50 episodios. La serie
está basada en el manga homónimo creado por Takahata Rie y fue publicado en la
revista Gekkan Kyaroru de la Kodansha, la misma editorial encargada
de publicar Codename wa Sailor V y Bishoujo Senshi Sailor Moon de Naoko
Takeuchi por lo que se trata de una obra del género Shoujo. En su transmisión
por el mundo tuvo distintos nombres dependiendo de su “país adoptivo”. Por
ejemplo, en Latinoamérica se le conoció como “La Magia de Titila” y en Estados
Unidos como “Wee Wendy” aunque en doblajes posteriores se llamó “Little Memole”.
En Europa los españoles la conocieron como “La Pequeña Memole” mientras que
Italia la llamó “Memole Dolce Memole” y en Francia fue
bautizada como “Crocus”. No tengo
conocimiento de que ésta serie se haya emitido en Colombia, pero para aquellos
afortunados que tenían “parabólica” no fue problema ver esta serie que por
alguna razón no se emitió completa en México a través de Canal 5, que
transmitió solo 26 de los 50 capítulos totales. Aunque se retransmitió durante
3 años (de 1991 a 1993) el episodio 23 solo se emitió una vez durante la
primera transmisión y en los dos años posteriores se omitió sin ninguna razón
aparente.
La historia se centra en Memoru,
una pequeña niña perteneciente a una raza de diminutos seres parecidos a los
gnomos provenientes del planeta “Riruru” (translit. “Little”) quienes debido a una
falla mecánica en su nave espacial se ven forzados a hacer un aterrizaje de
emergencia en La tierra; en Europa Central, más exactamente en la frontera
entre Francia y Suiza en un pueblo llamado “Berenu” (Belén). Una vez instalados
en una micro isla en medio de un lago, los 245 pequeños visitantes del espacio deben lidiar
con un hostil entorno terrícola al que logran adaptarse muy pronto debido a su
ingenio, cautela y prudencia logrando incluso valerse de las aves para convertirlas
en envidiables medios de transporte. Los pequeños seres deben cuidarse de los
animales peligrosos, especialmente de los gatos quienes son el enemigo número
uno de la tribu y al que llaman “Goro-Nyan”. No obstante el afán de los
miembros mayores de la tribu de inculcar a los pequeños el deber de autocuidado
y la prudencia mediante entrenamientos diarios, la pequeña Memoru le saca el
mayor partido a su nuevo hogar y se las ingenia para terminar revoloteando
entre las flores, las setas y hongos descuidando un poco sus deberes en la
tribu por lo que se hace merecedora de las nalgadas que su nana Bárbara le da cuando la pequeña
desobedece a su abuelo y jefe de la tribu quien también somete a Memoru a
ejemplares castigos (aunque poco ortodoxos, como cuando la hace creer que moja
la cama para que a la pequeña le de vergüenza dormir en casa de su nueva amiga
humana). Curiosamente, la nana Bárbara siendo tan inflexible con Memoru, se dirige
a ésta con un subordinado respeto que hace entrever que Memoru ostenta alguna
alta jerarquía en su planeta de origen en el que aún se encuentran sus padres
biológicos.
Durante una de sus escapadas Memoru
y su amigo Poppitto, se topan con
una mansión de mediados del siglo XIX en la que vive una solitaria niña llamada
Mariel Legrand quien debido a un delicado estado de salud se encuentra
prácticamente aislada del mundo y cuyo único contacto humano parece ser el de
su institutriz, Penélope. Pese a que resulta evidente la cómoda posición social
de Mariel, ésta carece del cariño de sus padres puesto que su mamá murió cuando
ella era una bebé y su padre por motivos desconocidos nunca la visita y le
manda unas escuetas cartas que deprimirían a cualquiera y que son un poco
redundantes. Mariel tiene como único entretenimiento un piano que toca de
manera virtuosa por lo que las visitas de sus nuevos amigos pequeños incluidos
los adorables Ruppangu y el
hermanito menor de éste, Pea y así, los diminutos infantes llenarán un gran vacío en la vida de Mariel, especialmente gracias a Memoru con
quien comparte muchas cosas en común. La forma de ver la vida de la pequeña le
servirá a Mariel para abrir sus ojos a una visión del mundo que hasta ese momento
le estaba vedada por completo. El tiempo pasa y la salud de la pequeña Mariel
mejora al punto que puede hacer todo lo que los niños normales hacen como jugar
y comenzar a salir al jardín e incluso acudirá posteriormente a la escuela de
Artes en la que conoce a Óscar, un chico del que Mariel llega a enamorarse pero
la irrupción de Grace, amiga de la infancia de Oscar y una promesa de infancia
de éstos la sumirán en otro estado de salud delicado y una depresión de los
cuales la ayudarán a salir sus pequeños amigos y Cinthya, su nueva amiga
humana. Curiosamente, Memoru es uno de los pocos anime que no tiene un villano
en su historia, aunque en un principio Grace evidencia cierto antagonismo, este se pierde con el tiempo.
Como toda serie Shoujo, con el
anime de Memoru se puede llegar a llorar a mares, pero es un sacrificio válido para
que puedas reflexionar sobre el verdadero sentido de la amistad, de la vida y
de la felicidad. La amistad entre Memoru y Mariel es la verdadera protagonista
de ésta historia y que se fundamenta en la sensibilidad y el aprecio de Memoru
por Mariel y la forma en la que ésta le corresponde a sus afectos llegando a
comportarse como verdaderas hermanas. También se resalta como enseñanza el que
la amistad no conoce barreras de ningún tipo y que nada limita que las
personas, pese a ser totalmente diferentes puedan llegar a ser apoyo emocional mutuo
cuando la misma vida así lo requiera. La aceptación de aquellos que son
diferentes a nosotros (por posición social, raza, especie, etc) y el optimismo se evidencian como factores
fundamentales para la felicidad de conformidad con la historia, por lo que en
mi opinión es una gran forma de promover dichos valores.
Ya estamos claros en que Memole es Shojo, pero eso no significa que también podamos reír a carcajadas con las interminables travesuras de Memoru, y es que divierte mucho
ver como los pequeños liruru se las
ingenian para sortear los desafíos que les representa nuestro planeta, como escalar
grandes alturas (una cama o un árbol) o abrir puertas y ventanas humanas o para
escapar de los peligros que se les presentan de maneras tan curiosas que hacen que te sientas avergonzado de que no
se te hubiese ocurrido a ti antes. También se valdrán de sus habilidades para
ayudar a Mariel en ciertas ocasiones siempre cuidando que no los vea ningún
humano diferente de la niña lo que desde luego también genera divertidos
contratiempos.
En lo referente a la banda sonora
he de decir que es muy linda aunque un poco típica, con una canción propia para
cada situación y personajes específicos que van acordes con cada momento o con
la personalidad de cada personaje. Hay muchas variaciones instrumentales del
tema de apertura llamado igual que la serie: “Tongari Bōshi no Memoru”. El tema
de apertura, el de cierre llamado “Yasashii Tomodachi” y el de inserción titulado
a su vez “Kin no Hoshi Furimasu” son interpretados por Satoko Yamano quien
tiene una voz muy parecida a la de Hashimoto Ushio, cantante famosa por
interpretar las canciones de entrada y cierre del anime “Cuentos de Los
Hermanos Grimm” (Niji no Hashi y Merry-go-Around) y el tema de cierre “Romantikku
Ageru Yo” de Dragon Ball por lo que
muchas veces se acredita erróneamente a ésta última cantante como la intérprete
de los temas de Memoru.
Tongari Boushi no Memoru Song & Music Collection
Forever Memole ~Tongari Boushi no Memole BGM Collection~
Esto es en términos muy generales
lo que fue y es Tongari Bōshi no Memoru, espero que les haya gustado esta humilde
ventana al pasado que espero quede abierta para más series de los 80s. Gracias por leer y hasta otra historia...
Ya para terminar con Relúz (y de paso empezar la parte final de éste eterno artículo), cabe mencionar que fue una buena apuesta que lamentablemente no resultó como se esperaba. Yo la verdad veo cierto conceptualismo en RELUZ: Es un álbum muy caribeño, pero de clase. No puedo evitar pensar en gente de dinero, que viene de Europa, (por ejemplo) a pasar vacaciones en el Caribe y que siempre verán lo bonito de este tipo de lugares: "Una Casita Blanca" particularmente aumenta esa sensación y qué decir de "No Me Fío Más". En fin, La calidad de las composiciones en la música es notable, las letras del álbum son perfectas muy bien detalladas y logradas. Sin duda uno de los álbumes menos valorados de Jeanette, que por algún motivo no caló en los corazones de sus fans ni en el público en general. Mucha de la gente que comenta sobre este álbum coincide en decir que lo que afectó su popularidad fue la falta de una balada desgarradora de las que Jeanette ya acostumbraba. En resumidas cuentas el álbum no pegó lo suficiente, pero es digno de atesorar por las razones antes mencionadas.
OJOS EN EL SOL, un fatuo, pero inofensivo esfuerzo.
Otro trabajo en el que se evidencia un gran esfuerzo en reconciliar a Jeanette con su público. Un álbum con un cambio trascendental en la carrera de Jeanette (y no sería el último cambio que veríamos. Este álbum contiene nueva instrumentación acorde con los años que corrían, ya los 80s estaban casi a medio camino (1984) y los sintetizadores y ciertos toques electrónicos estaban en su auge. En mi concepto personal es un álbum muy bueno, que destacó solo por dos canciones: "Ojos en el Sol" y "Amiga Mía", si bien está muy homogéneo en cuanto a estilo, por alguna razón solo esos dos temas destacaron (amiga mía tuvo más fuerza en la voz de YURI años después). Siendo más honestos, Ojos en el Sol vale por todo el álbum, por algo es el tema que dá nombre al álbum, pero como sucedió con Relúz, no logró convencer al público a pesar del esfuerzo de la producción. Este sería el último álbum de Jeanette con la disquera RCA para luego retirarse un tiempo de la música. Una pena porque no creo que la popularidad del disco haya sido tan poca por su calidad (o falta de ella) sino por la poca promoción que se le hizo.
¿LOCA POR LA MÚSICA?
Ok, agárrense porque vienen curvas: "Loca por la música" es un fue otro audaz intento por reinventar la imágen de Jeanette, esta vez de la mano de un sello intependiente (Twins). Este álbum contiene canciones con hermosas letras y muchos, muchos sintetizadores ochenteros con un estilo tan particular que definitivamente merece la pena escuchar. No es uno de mis álbumes favoritos de Jeanette (al menos no en conjunto) pero canciones como "China", "Capitán Amor" con letras un tanto pueriles que contrastan con baladas maduras como "Y Al Final El Amor" y "Daría Cualquier Cosa" (ésta última famosa en la versión de Chayanne) son un inteligente paquete musical en un álbum que apuesta fuertemente por una Jeanette musicalmente más versátil. El disco tuvo un éxito considerable en España, pero debido a que TWINS era un sello independiente (con recursos un poco limitados) la promoción del álbum solo se centró en España. Ese sería el último disco original en la carrera de Jeanette hasta ahora y espero con ansias que decida volver al trabajo ya de lleno y que nos haga olvidar ese inexplicable tema llamado "La Puta Canción de Amor en la que el Chico Gana" de un tal Miqui Puig, lanzada en 2004... Es real, así se llama y si bien la canción tiene potencial, gracias a Jeanette más que nada, la canción es un desperdicio casi total por esa voz de este señor que resulta muy extraña en sentidos nada positivos. La letra es curiosa y es casi tan excéntrica como el mismo Puig, quien no me cae muy bien... aunque nunca lo conoceré y no me interesa en absoluto. Esto es, señores todo lo que puedo contar sobre todo lo que me consta sobre esta maravillosa artista, un talento eterno que, al igual que su voz, se mantiene intacta y nunca pasará de moda. Por Siempre Rebelde, Jeanette...